DEL CIELO A LA TIERRA
Os habíamos comunicado:
“¡Atentos a vuestra Juventud!”.
Habéis hecho oídos sordos, como se suele decir en la Tierra.
Ahora que vuestra Juventud comienza a renunciar a la Vida, os preocupáis, os consternáis.
Ahora que habéis malgastado la esperanza de su alegría de vivir la Vida, solo os queda llorar ante la indiferencia , ante el desinterés y ante la total falta de atención hacia la Juventud que, ahora, ama la Muerte más que la Vida.
¡Ahora también esta Cruz es vuestra!
DEL CIELO A LA TIERRA
Eugenio Siragusa