AMÁIS VUESTRA CARNE MÁS QUE A MÍ.
RECORDAROS, PARVULITOS MÍOS, RECORDAROS:
“¡LA CARNE ES DÉBIL, AÚN SI EL ESPÍRITU ES FUERTE!”.
COMPRENDO VUESTRAS DEBILIDADES HUMANAS, MAS NO COMPRENDO VUESTRA PERSEVERANCIA EN LOS ERRORES, QUE OS PROCURAN SUFRIMIENTOS EN EL ESPÍRITU, INTENTANDO ALEJAROS DE MI LUZ DE AMOR Y DE PAZ.
YO ME CONSUMO POR VOSOTROS, MAS VOSOTROS NO QUERÉIS CONSUMAR NADA POR MÍ, O SI LO HACÉIS, AL DÍA SIGUIENTE YA NO TENÉIS LA VOLUNTAD DE VOLVER A HACERLO Y OS ABANDONÁIS EN EL OLVIDO DE AQUELLO QUE OS QUEBRANTA EN EL ESPÍRITU Y EN EL CUERPO.
NO CONSEGUÍS SER COMO NIÑOS, ASÍ COMO VUESTRO PADRE OS QUIERE.
RECORDAROS, HIJITOS MÍOS, QUE EL REINO DE LOS CIELOS PODRÁ SER VUESTRO.
DÍA A DÍA SOIS GUARDADOS Y GUIADOS Y NO PRIVADOS DE PRUEBAS PURIFICADORAS, EL PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS ES BUENO CON VOSOTROS; EVITAD DE SUSCITAR SU SANTA IRA Y SED OBEDIENTES A SUS SANTOS Y JUSTOS DESEOS.
SOY YO, QUE OS HABLO POR BOCA DE MI DILECTO SIERVO; ESCUCHADME, PARVULITOS MÍOS, ESCUCHADME PORQUE OS AMO.
DEL CIELO A LA TIERRA.
Eugenio Siragusa.
Nicolosi,
