DEL CIELO A LA TIERRA
Sabed que somos nosotros los Artífices de todos los prodigios que vosotros, terrestres, habéis puesto sobre el plano religioso.
Somos nosotros los Ángeles del ayer, los Mensajeros que viajaban en carros de fuego o escudos ardientes.
Somos nosotros los extraterrestres de hoy que nos estamos afanando para salvar lo Salvable de vuestro Planeta, en seria crisis por culpa de vuestra inconsciente y destructiva laboriosidad.
Vuestra progresiva e imparable degeneración física y psíquica ya ha injertado cuanto os habíamos anunciado: “EL HARBAR”, la Peste de las Neuronas del Cerebro”.
Las consecuencias de este otro morbo, ya se hacen sentir a través de las noticias aberrante de todos los días de este vuestro tiempo.
Todavía es solo el inicio de un drama impensable, inimaginable y cargado de problemas irreversibles, sembradores de muerte y de destrucción.
Somos nosotros quienes os decimos cuanto el Águila Dorada, Hija del Sol, piensa y escribe.
DEL CIELO A LA TIERRA
Eugenio Siragusa
Nicolosi, 4 de septiembre de 1990
