DEL CIELO A LA TIERRA
ULTIMA RELACIÓN
Habitantes del Planeta Tierra, decidnos: “¿Qué cosa es una Democracia privada de Justicia y de los necesarios valores morales, espirituales y sociales?
¿Cuando la libertad se vuelve licencia de los males que destruyen la vida de todo lo creado por la Luz Creadora, es libertad o locura autodestructiva?
¡Los errores, queridos terrestres, se pagan caros!
Las PROFECÍAS solo son previsiones que brotan del anómalo comportamiento de la especie que prefiere poner en evidencia comportamientos contraproducentes anómalos y en oposición a las Leyes Naturales y a sus Equilibrios Cósmicos.
Nuestra numerosa Confederación es democrática, corroborada por una férrea, inflexible Justicia y animada por una Consciencia Espiritual, Moral y social privada de debilidades.
Nuestra Ciencia, a diferencia de la vuestra, no sirve para destruir y para envenenar los elementos primarios que instruyen la salud del cuerpo y del Alma.
Vuestra ciencia, así como os habíamos dicho, está privada Conciencia. La radiactividad y la miríada de venenos que atacan vuestro hábitat, suscitan situaciones cada vez, mas difíciles para poder tener, como vosotros decís, “una mente sana en cuerpo sano”.
Habéis querido ignorar nuestra solicitas advertencias, dejando avanzar los maléficos flujos y reflujos de vuestras nefastas e irresponsables obras
Ahora deberéis plegaros a la Ley Causa-Efecto, con todas sus consecuencias.
Como os ha sido dicho: “LA CIZAÑA SERÁ SEPARADA DEL GRANO”; no esperéis Misericordia si no estáis en grado de merecerla. Sobre todo no digáis “¡No lo sabía!”, cuando las calamidades se manifiesten con toda su tragedia.
Por medio de la Divina Providencia del Padre Glorioso, cuyo dulce Imperio gobierna el Cielo y la Tierra, os han sido dadas, generosamente, las perlas preciosas de Su Cordura y de Su Sabiduría para que supierais que el VERBO SE HACÍA PALABRA para vuestra Salvación.
Habéis quedado ciegos y sordos, quedando prisioneros de la corruptibilidad material y espiritual. No esperéis un Juicio privado de severidad, porque es Verdad, cierto y verdadero, que la Ley del Padre Celeste está exenta de debilidad.
Aquellos que han sido la Levadura de la Verdad que hace libres, libres de verdad, ya saben que deben esperar.
Os preguntaréis: “¿EN ESPERA DE QUIEN Y DE QUÉ?”.
ESPERAD, ¡VERÉIS Y OIRÉIS!
¡EL VERBO YA NO SE HACE MÁS, PALABRA!
DEL CIELO A LA TIERRA
Eugenio Siragusa
Nicolosi, 21 de agosto de 1991
