DEL CIELO A LA TIERRA
Una generación destinada a desaparecer de la faz de la Tierra.
Las Causas y los Efectos son patentes a quien conoce la Suprema e Inmutable Ley del Creador.
El Punto hipercaótico ya ha sido superado y la degeneración física, psíquica y espiritual ya ha alcanzado los limites de la imposible sobrevivencia.
Las estructuras portantes de la vida ya no son validas para establecer los equilibrios genéticos y toda especie sufre, inexorablemente, un forzado suicidio.
Todavía estáis, a penas, en el inicio del holocausto.
Lo peor, queridos terrestres, está por llegar.
Tenéis ojos para mirar y oídos para oír, para daros cuenta de todo lo que gravita sobre vuestra existencia.
La esperanza la estáis matando, día tras día, con vuestras continuas locuras destructivas. Lo Salvable, para salvar, disminuye cada vez más, a causa de las continuas incapacidades para querer destruir el mal que oscurece y mata.
Los emisarios de la Divina Providencia son ridiculizados y odiados, y sus exhortaciones al arrepentimiento, confundidas y despojadas de la realidad que propone la sola y única vida de Salvación.
Habéis preferido la Condenación a la Resurrección, el Mal al Bien, la Segunda muerte al Renacer.
Haciendo así, queridos terrestres, ni siquiera Dios podrá ya ayudaros.
Habéis rechazado, cínicamente, de ser a Su Imagen y Semejanza, dejando la Maligno el privilegio de volver a vuestros Espíritus linfa de su naturaleza, hecha de tinieblas y de muerte continua.
A penas se manifieste el Juicio Divino, seréis encadenados y juzgados.
¡Hasta pronto, terrestres, hasta pronto, el Juicio Universal ya ha comenzado!
DEL CIELO A LA TIERRA
Eugenio Siragusa
Nicolosi, 31.3.1991
